Es el cáncer que comienza en el cuello uterino, la parte inferior del útero (matriz) que se abre en la parte superior de la vagina.
Cáncer de cuello uterino
A nivel mundial, el cáncer cervical es el tercer tipo de cáncer más común en las mujeres y es mucho menos común en los Estados Unidos debido al uso rutinario de citologías vaginales (pruebas de Papanicolau).
Los cánceres cervicales comienzan en las células de la superficie del cuello uterino. Existen dos tipos de células en dicha superficie: escamosas y columnares. La mayoría de los cánceres de cuello uterino provienen de las células escamosas.
El desarrollo del cáncer cervical generalmente es muy lento y comienza como una afección precancerosa llamada displasia. Esta afección precancerosa se puede detectar por medio de una citología vaginal y es 100% tratable. Pueden pasar años para que los cambios precancerosos se conviertan en cáncer cervical. La mayoría de las mujeres a quienes se les diagnostica cáncer cervical en la actualidad no se han sometido a citologías vaginales regulares o no han tenido un seguimiento por resultados anormales en éstas.
Casi todos los cánceres cervicales son causados por el virus del papiloma humano (VPH), un virus común que se disemina a través de las relaciones sexuales. Existen muchos tipos diferentes de VPH y algunas cepas de este virus llevan a cáncer cervical. (Otras cepas pueden causar verrugas genitales, mientras que otras no causan ningún problema en absoluto).
Los hábitos y patrones sexuales de una mujer pueden aumentar su riesgo de cáncer cervical. Las prácticas sexuales riesgosas abarcan el hecho de tener relaciones sexuales a una edad temprana, tener múltiples parejas sexuales o tener múltiples compañeros o parejas que participen en actividades sexuales de alto riesgo.
Los factores de riesgo para el cáncer cervical abarcan:
La mayor parte del tiempo, el cáncer cervical inicial es asintomático. Los síntomas que se pueden presentar abarcan:
El cáncer cervical puede diseminarse a la vejiga, los intestinos, los pulmones y el hígado. Los pacientes con este cáncer generalmente no tienen problemas hasta que éste esté avanzado y se haya propagado. Los síntomas del cáncer cervical avanzado pueden ser:
Los cambios precancerosos del cuello uterino y el cáncer cervical no se pueden ver a simple vista. Se necesitan exámenes y herramientas especiales para descubrir tales enfermedades.
Si a una mujer se le diagnostica cáncer cervical, el médico ordenará más exámenes para determinar qué tan lejos se ha diseminado dicho cáncer, lo cual se denomina estadificación. Los exámenes pueden abarcar:
El tratamiento del cáncer cervical depende de:
El cáncer cervical precoz se puede curar con la extirpación o destrucción de los tejidos precancerosos o cancerosos. Existen diversas formas quirúrgicas de hacer esto sin extirpar el útero ni dañar el cuello uterino, de tal manera que la mujer pueda aún tener hijos en el futuro.
Los tipos de cirugía para el cáncer cervical precoz comprenden:
Una histerectomía (extirpación del útero pero no de los ovarios) a menudo no se lleva a cabo si el cáncer cervical que no se ha diseminado. Se puede practicar en mujeres que se hayan sometido a procedimientos LEEP repetitivos.
El tratamiento para el cáncer cervical más avanzado puede comprender:
Es posible utilizar la radioterapia para tratar los casos en que el cáncer se ha diseminado más allá de la pelvis o el cáncer que ha reaparecido. La radioterapia es ya sea interna o externa.
La quimioterapia utiliza medicamentos para destruir el cáncer y algunos de los que se usan como quimioterapia para el cáncer cervical son: 5-FU, cisplatino, carboplatino, ifosfamida, paclitaxel y ciclofosfamida. En algunas ocasiones, se utiliza radiación y quimioterapia antes o después de la cirugía.
National Cervical Cancer Coalition: http://www.nccc-online.org/
La evolución del paciente en realidad depende de muchos factores, como:
Las afecciones precancerosas son completamente curables cuando se les hace un control y tratamiento apropiado. La probabilidad de estar vivo a los 5 años (tasa de sobrevida a 5 años) para el cáncer que se ha diseminado al interior de las paredes del cuello uterino, pero no por fuera del área de éste, es del 92%.
La tasa de sobrevida a 5 años disminuye regularmente a medida que el cáncer se disemina a otras áreas.
Consulte con el médico si usted:
Una nueva vacuna para prevenir el cáncer de cuello uterino ahora está disponible. En junio de 2006, la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos aprobó la vacuna llamada Gardasil, la cual previene contra la infección contra los dos tipos de virus del papiloma humano (VPH) responsables de la mayoría de los casos de cáncer cervical.
Los estudios han mostrado que la vacuna parece prevenir el cáncer cervical y las lesiones precancerosas en sus estadios iniciales. Gardasil es la primera vacuna aprobada dirigida específicamente a prevenir algún tipo de cáncer.
El hecho de practicar relaciones sexuales con protección (usando condones) también reduce el riesgo de contraer el VPH y otras enfermedades de transmisión sexual. La infección con el virus del papiloma humano ocasiona verrugas genitales, las cuales pueden ser apenas visibles o de varias pulgadas de ancho. Si una mujer observa verrugas en los genitales de su pareja, debe evitar la relación sexual con esa persona.
Para reducir adicionalmente el riesgo de padecer cáncer cervical, las mujeres deben limitar el número de compañeros sexuales y evitar las parejas que participen en actividades sexuales de alto riesgo.
El hecho de practicarse citologías vaginales puede ayudar a detectar cambios precancerosos que pueden tratarse antes de que se conviertan en cáncer cervical. Las citologías detectan eficazmente tales cambios, pero tienen que hacerse en forma regular. Los exámenes pélvicos anuales, incluyendo una citología vaginal, se deben iniciar cuando la mujer se vuelve sexualmente activa, o en mujeres de 20 años que no son sexualmente activas.
Ver también: frecuencia del examen físico
Si fuma, deje de hacerlo, dado que el consumo de cigarrillo está asociado con un aumento del riesgo de cáncer cervical.
Noller KL. Intraepithelial neoplasia of the lower genital tract (cervix, vulva): Etiology, screening, diagnostic techniques, management. In: Katz VL, Lentz GM, Lobo RA, Gershenson DM, eds. Comprehensive Gynecology. 5th ed. Philadelphia, Pa: Mosby Elsevier; 2007:chap 28.
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