Es una dolencia cutánea, inflamatoria y común que hace que se formen escamas, que van de blancas a amarillentas, en áreas grasosas como el cuero cabelludo o dentro del oído, y puede ocurrir con o sin enrojecimiento cutáneo.
Costra láctea es el término que se utiliza cuando la dermatitis seborreica afecta el cuero cabelludo de los bebés.
Caspa; Eccema seborreico; Costra láctea
Se cree que la dermatitis seborreica se debe a una combinación de sobreproducción de grasa en la piel e irritación a causa de un hongo llamado Malassezia.
La dermatitis seborreica parece transmitirse de padres a hijos. El estrés, la fatiga, los climas extremos, la piel grasosa, la limpieza de la piel y los champúes no frecuentes, el uso de lociones que contienen alcohol, trastornos de la piel (como el acné) o la obesidad pueden incrementar el riesgo de padecerla.
Las afecciones neurológicas, como la enfermedad de Parkinson, un traumatismo craneal y un accidente cerebrovascular pueden estar asociadas con la dermatitis seborreica. El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) también ha estado asociado con un aumento de los casos de dermatitis seborreica.
La dermatitis seborreica puede ocurrir en muchas áreas diferentes del cuerpo y, por lo regular, se forma donde la piel es aceitosa o grasosa. Las áreas comúnmente afectadas abarcan el cuero cabelludo, las cejas, las pestañas, los párpados, los pliegues nasolabiales, los labios, detrás de las orejas, en el oído externo y en la mitad del pecho.
La dermatitis seborreica en bebés, también llamada costra láctea, es una afección inofensiva y temporal. Aparece en el cuero cabelludo del niño en forma de escamas cafés o amarillas, gruesas y costrosas. También se pueden encontrar escamas similares en los párpados, los oídos, alrededor de la nariz y en la ingle. La costra láctea se puede observar en recién nacidos y niños pequeños hasta los 3 años.
La costra láctea no es contagiosa, ni tampoco es causada por falta de higiene. No es una alergia ni es peligrosa. Puede o no ocasionar picazón. Si se presenta con picazón, el rascado excesivo del área puede ocasionar inflamación adicional y las grietas en la piel pueden provocar infecciones leves o sangrado.
En general, los síntomas de la dermatitis seborreica abarcan:
El diagnóstico se basa en el aspecto y la localización de las lesiones cutáneas.
Las escamas y la resequedad de la piel se pueden tratar con champúes de venta libre para la "caspa" o medicados. Lave el cabello con champú frecuente y vigorosamente (si es posible, todos los días). Afloje las escamas con los dedos, estregue durante por lo menos 5 minutos y enjuague completamente. Algunos de los ingredientes activos en estos champúes son ácido salicílico, alquitrán de hulla, zinc, resorcina, ketoconazol o selenio.
Para los casos graves de esta enfermedad, se pueden prescribir champúes o lociones que contengan selenio, ketoconazol o corticosteroides. Para aplicar el champú, parta el cabello en pequeñas secciones, aplique a un área pequeña a la vez y masajee la piel. Si es en la cara o el pecho, aplique una loción medicada dos veces al día. Recientemente, se están usando cremas clasificadas como inmunomoduladores tópicos.
La dermatitis seborreica puede mejorar en el verano, especialmente después de actividades al aire libre.
Para bebés con costra láctea:
La dermatitis seborreica es una afección crónica (de por vida) que puede controlarse con tratamiento y que, a menudo, tiene períodos inactivos extensos seguidos de nuevos brotes. Una forma más extrema de esta afección se solapa con la psoriasis del cuero cabelludo y se denomina sebopsoriasis.
Solicite una cita con el médico si los síntomas de la dermatitis seborreica no responden a las medidas de cuidados personales o a los tratamientos de venta libre.
También consulte si los parches de la dermatitis seborreica drenan líquido o pus, forman costras o se tornan muy rojos y dolorosos.
La gravedad de la dermatitis seborreica se puede disminuir controlando los factores de riesgo y prestando mucha atención al cuidado de la piel.
Habif TP, ed. Clinical Dermatology. 5th ed. Philadelphia, Pa: Mosby Elsevier; 2009.