Es cuando el tendón que conecta la parte posterior de la pierna al talón está inflamado o con dolor cerca de la parte inferior del pie. Este tendón se denomina tendón de Aquiles y se usa al caminar, correr y saltar.
Tendinitis del talón
Hay dos músculos grandes en la pantorrilla. Ambos son importantes para caminar. Ellos generan la fuerza necesaria para empujar el pie o pararse en los dedos de los pies. El gran tendón de Aquiles conecta estos músculos al talón.
El dolor de talón casi siempre se debe a una sobrecarga en esta parte. En raras ocasiones, es causado por una lesión.
La tendinitis debida a sobrecarga es más común en personas jóvenes y puede ocurrir en caminantes, corredores u otros atletas.
La tendinitis aquílea puede ocurrir más probablemente si:
Los síntomas incluyen dolor en el talón y a lo largo del tendón al caminar o al correr. El área puede sentirse dolorosa y rígida en la mañana.
El tendón puede doler al tacto o al moverlo y el área puede estar hinchada y caliente. Usted puede tener dificultad para pararse en un dedo del pie.
El médico llevará a cabo un examen físico y buscará sensibilidad a lo largo del tendón y dolor en el área del tendón cuando uno se para en los dedos de los pies.
Con radiografías, se pueden diagnosticar problemas óseos.
Se puede realizar una resonancia magnética si el médico está pensando en una cirugía o sospecha que puede haber un desgarro en el tendón de Aquiles.
Los principales tratamientos para la tendinitis aquílea no involucran cirugía. Es importante recordar que pueden pasar al menos de 2 a 3 meses para que el dolor desaparezca.
Pruebe aplicar hielo en el tendón de Aquiles durante 15 a 20 minutos, dos a tres veces por día. Retire el hielo si el área se entumece.
Los cambios en la actividad pueden ayudar a manejar los síntomas:
El médico o el fisioterapeuta pueden mostrarle ejercicios de estiramiento para el tendón de Aquiles.
Ellos también pueden sugerir los siguientes cambios en el calzado:
Los antinflamatorios no esteroides (AINES), tales como ácido acetilsalicílico (aspirin) e ibuprofeno, pueden ayudar con el dolor o la hinchazón. Hable con su médico.
Si estos tratamientos no mejoran los síntomas, se puede necesitar cirugía para extirpar el tejido inflamado y las áreas anormales del tendón. La cirugía también puede usarse para extirpar el espolón óseo que esté irritando el tendón.
La terapia extracorpórea por ondas de choque (ESWT, por sus siglas en inglés) puede ser una alternativa a la cirugía para las personas que no han reaccionado favorablemente a otros tratamientos. Este tratamiento usa ondas sonoras en dosis bajas.
Los cambios en el estilo de vida generalmente ayudan a mejorar los síntomas. Sin embargo, dichos síntomas pueden reaparecer si no se limitan las actividades que ocasionan el dolor o si no se mantiene la flexibilidad y la fortaleza del tendón.
La tendinitis aquílea puede hacer que uno tenga mayor probabilidad de sufrir una ruptura del tendón de Aquiles. Esta afección generalmente causa un dolor agudo, como si alguien lo golpeara a uno en la parte posterior del talón con un garrote. La reparación quirúrgica es necesaria, pero difícil debido a que el tendón no está normal.
Si tiene dolor en el talón alrededor del tendón de Aquiles que empeora con la actividad, consulte con el médico para una evaluación y posible tratamiento de la tendinitis.
La conservación de la fortaleza y la flexibilidad en los músculos de la pantorrilla ayudará a reducir el riesgo de tendinitis. La sobrecarga de un tendón de Aquiles débil o tenso lo hace a uno más propenso a desarrollar tendinitis.
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