Es una enfermedad muy contagiosa (se propaga fácilmente) causada por un virus.
La infección se propaga por contacto con gotitas provenientes de la nariz, la boca o la garganta de una persona infectada. El estornudo y la tos pueden lanzar gotitas contaminadas al aire.
Aquellas personas que hayan tenido una infección de sarampión activa o que hayan sido vacunados contra la enfermedad tienen inmunidad contra dicha afección. Antes de la vacunación generalizada, el sarampión era una enfermedad tan común en la infancia que la mayoría de las personas ya había padecido la enfermedad a la edad de 20 años. El número de casos de sarampión descendió en las últimas décadas a casi ninguno en los Estados Unidos y Canadá; sin embargo, las tasas han comenzado a elevarse de nuevo recientemente.
Algunos padres no permiten que sus hijos sean vacunados debido a temores infundados de que la vacuna triple viral, que protege contra el sarampión, las paperas y la rubéola, pueda causar autismo. En grandes estudios realizados en miles de niños, no se ha encontrado conexión entre esta vacuna y el desarrollo de autismo. El hecho de no vacunar a los niños puede llevar a que se presenten brotes de sarampión, paperas y rubéola, todas las cuales son enfermedades de la infancia potencialmente graves.
Los síntomas generalmente comienzan de 8 a 12 días después de la exposición al virus, lo que se denomina período de incubación.
Los síntomas pueden abarcar:
No existe un tratamiento específico para el sarampión.
Lo síntomas se pueden aliviar con lo siguiente:
Algunos niños pueden necesitar suplementos de vitamina A, que reduce el riesgo de muerte y complicaciones en los niños que viven en los países menos desarrollados, donde pueden no estar recibiendo suficiente cantidad de dicha vitamina. Sin embargo, no está claro si los niños en países más desarrollados se beneficiarían con dichos suplementos. Las personas que no reciben suficiente vitamina A tienen mayor probabilidad de contraer infecciones, como el sarampión.
Aquellas personas que no presentan complicaciones, como la neumonía, tienen un buen pronóstico.
Las complicaciones del sarampión pueden abarcar:
Consulte con el médico si usted o su hijo tienen síntomas de sarampión.
La vacunación de rutina es altamente efectiva en la prevención del sarampión. Las personas que no reciben la vacuna o que no la han recibido completa están en alto riesgo de contraer la enfermedad.
Tomar inmunoglobulina sérica 6 días después de la exposición al virus puede reducir el riesgo de desarrollar el sarampión o puede hacer que la enfermedad sea menos severa.
Mason WH. Measles. In: Kliegman RM, Behrman RE, Jenson HB, Stanton BF, eds. Nelson Textbook of Pediatrics. 19th ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier; 2011:chap 238.