Son comportamientos o arrebatos emocionales perturbadores o desagradables que se presentan con frecuencia en respuesta a deseos o necesidades insatisfechas. Las rabietas tienen mayor probabilidad de presentarse en niños pequeños o en alguien que no pueda expresar sus necesidades o controlar sus emociones cuando está frustrado.
Berrinches
Las rabietas o "berrinches" son comportamientos naturales durante el desarrollo de la primera infancia. Los niños tienen una tendencia normal y natural a afirmar su independencia a medida que aprenden que son seres aparte de sus padres.
Este deseo de control a menudo se manifiesta diciendo "no" frecuentemente y teniendo rabietas. Éstas empeoran por el hecho de que el niño puede no tener el vocabulario para expresar sus sentimientos.
Las rabietas generalmente comienzan alrededor de la edad de 12 a 18 meses, empeoran entre los 2 y 3 años, luego disminuyen rápidamente hasta la edad de 4 años, después de lo cual casi no se deben volver a presentar. El hecho de estar cansado, hambriento o enfermo puede hacer que las rabietas empeoren o se vuelvan más frecuentes.
CUANDO EL NIÑO TENGA UNA RABIETA
Cuando su hijo tenga una rabieta, es importante que usted permanezca calmado. Ayuda el hecho de recordar que las rabietas son normales y que no son su culpa, ni usted es un mal padre ni su hijo o hija es un niño malo. El hecho de gritar o golpear a su hijo sólo empeorará la situación. Una respuesta y atmósfera calmadas y pacíficas, sin "ceder" o romper con las reglas que usted estableció, reducirá el estrés y hará que ambos se sientan mejor.
Usted también puede ensayar una distracción suave, cambiando a actividades que el niño disfrute o poniendo una cara graciosa. Si usted no está en casa durante una rabieta, trate de llevar al niño a un lugar silencioso, como el automóvil o un baño. Mantenga al niño seguro hasta que la rabieta haya terminado.
Las rabietas son un comportamiento para llamar la atención. Una estrategia para minimizar la duración e intensidad de la rabieta es ignorar el comportamiento. En tanto el niño esté seguro y no esté siendo destructivo, el hecho de alejarse caminando hasta otro cuarto en la casa puede acortar el episodio, debido a que ahora el drama no tiene ningún público. Algunas veces, el niño lo seguirá y continuará con la rabieta. No hable ni reaccione hasta que el comportamiento cese. Luego, serenamente hable del asunto y ofrezca alternativas sin ceder ante la exigencia del niño.
PREVENCIÓN DE LAS RABIETAS
Verifique que el niño coma y duerma en las horas acostumbradas. Si su hijo ya no hace la siesta, igualmente es importante tener algún tiempo de reposo. El hecho de acostarse durante 15 a 20 minutos o descansar al lado suyo mientras leen cuentos juntos en momentos regulares del día puede ayudar a prevenir las rabietas.
Otros métodos para tratar de prevenir las rabietas pueden ser:
CUÁNDO BUSCAR AYUDA
Si las rabietas están empeorando y usted no cree que pueda manejarlas, busque el consejo de su médico. Igualmente, consiga ayuda si descubre que usted mismo se está tornando furioso y gritando o le preocupa que pueda reaccionar frente al comportamiento de su hijo con castigo físico.
La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda llamar al pediatra o al médico de la familia si: