Consiste en la colocación de tubos a través de los tímpanos. El tímpano es la delgada capa de tejido que separa el oído externo del oído medio.
Nota: este artículo se enfoca en la inserción de tubos en el oído en niños; sin embargo, la mayor parte de la información también se podría aplicar a adultos con síntomas o problemas similares.
Miringotomía; Timpanostomía; Cirugía de tubos para el oído; Tubos de ventilación; Tubos ecualizadores de presión
Mientras el niño está dormido y no siente dolor (anestesia general), se hace una incisión pequeña en el tímpano, a través de la cual se succiona cualquier líquido que se haya acumulado detrás de éste.
Luego, a través del tímpano, se coloca un tubo pequeño que permite la entrada de aire para que la presión sea igual en ambos lados del tímpano. Asimismo, el aire atrapado puede salir del oído medio. Esto evita la hipoacusia y reduce el riesgo de infecciones en el oído.
La acumulación de líquido detrás del tímpano del niño puede causar cierta hipoacusia. Pero la mayoría de los niños no tienen daño a largo plazo en su audición o en el habla, incluso aunque el líquido permanezca allí durante muchos meses.
La inserción de tubos en el oído se puede hacer cuando se acumula líquido detrás del tímpano de su hijo y:
Las infecciones del oído que no desaparecen con tratamiento o que siguen reapareciendo también son razones para colocar un tubo en el oído. Si una infección no desaparece con tratamiento o si un niño tiene muchas infecciones del oído durante un período corto de tiempo, el médico puede recomendar tubos para el oído.
Los tubos para el oído también se usan algunas veces para personas de cualquier edad que tengan:
Los riesgos de la inserción de tubos en el oído abarcan:
Estos problemas generalmente no duran mucho tiempo y, por lo general, tampoco causan problemas en los niños. El médico puede explicarle dichas complicaciones con más detalle.
Los riesgos de cualquier anestesia son:
Los riesgos de cualquier cirugía son:
El otólogo de su hijo puede solicitar una historia clínica completa y un examen físico del niño antes de realizar el procedimiento. También se recomienda realizar un examen audiométrico antes del procedimiento.
Coméntele siempre al pediatra o al personal de enfermería:
En el día de la cirugía:
Los niños generalmente permanecen en la sala de recuperación durante un tiempo corto y salen del hospital el mismo día de la inserción de los tubos en el oído. Su hijo puede estar débil e irritable durante una hora más o menos a medida que despierta de la anestesia. El pediatra puede prescribirle gotas óticas o antibióticos durante unos días después de la cirugía.
Después de este procedimiento, la mayoría de los padres informa que sus hijos:
Si los tubos no se caen por sí solos en unos pocos años, es posible que un otólogo tenga que extraerlos. Si las infecciones del oído reaparecen después de que los tubos se caen, se puede insertar otro juego de estos tubos.
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