Es un examen que utiliza material radiactivo para evaluar el funcionamiento de la vesícula biliar o para buscar signos de una infección u obstrucción de las vías biliares.
Rastreo de la vesícula biliar; Gammagrafía biliar; Radionúclidos en la vesícula biliar; colecintigrafía
El médico inyectará un químico radiactivo, llamado marcador emisor de rayos gamma, en una vena. Este material se acumula principalmente en el hígado y posteriormente fluye con la bilis a la vesícula biliar.
Usted se acuesta en una mesa boca arriba debajo de un escáner llamado gammacámara. El escáner detecta los rayos emitidos por el marcador y una computadora muestra las imágenes de dónde se encuentra el marcador en los órganos.
Las imágenes se tomarán cada 5 a 15 minutos. El examen completo tarda aproximadamente una hora.
Si, después de cierto tiempo, no se puede observar la vesícula biliar, el médico puede administrar una pequeña inyección de morfina, la cual puede ayudar a movilizar el radionúclido hasta la vesícula. La morfina puede hacer que usted se sienta cansado después del examen.
Algunas veces, durante el examen, a usted se le administrará un medicamento para ayudarle al médico a ver qué tan bien se comprime la vesícula.
Es necesario que coma algo en el día del examen. Sin embargo, debe dejar de comer o beber 4 horas antes de que éste empiece.
Cuando se inyecta el marcador en la vena, se siente un pinchazo fuerte con la aguja. Después de la inyección, se puede presentar dolor en el sitio de la punción, pero normalmente no se siente ningún tipo de dolor durante el procedimiento.
Este examen es muy bueno para detectar infección aguda de la vesícula biliar u obstrucción de una vía biliar. También sirve para determinar si existe rechazo a un trasplante de hígado.
También se puede emplear para detectar problemas prolongados de la vesícula biliar y ver qué tan bien ésta se comprime (se contrae).
Existe un riesgo leve para las mujeres embarazadas o lactantes debido a que el feto o el bebé tiene una mayor sensibilidad a los químicos radiactivos, razón por la cual el examen debe aplazarse, a menos que sea estrictamente necesario.
La cantidad de radiación es pequeña (menor a la de las radiografías convencionales) y virtualmente desaparece del cuerpo en 1 ó 2 días. Con un mayor número de exámenes, hay algo de riesgo de radiación.
Debido a que este examen generalmente no se efectúa a menos que haya dolor agudo o que se sospeche una enfermedad de la vesícula biliar o cálculos biliares, muchos pacientes necesitan atención urgente después de conocerse los resultados del examen. Algunas veces, este examen se combina con otro estudio imagenológico, como una tomografía computarizada o una ecografía. Si es necesario, se puede preparar al paciente para una cirugía después del examen de vesícula biliar.
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