Es un procedimiento que le permite al médico visualizar directamente los contenidos del abdomen y de la pelvis de un paciente.
Laparoscopia de diagnóstico
El procedimiento generalmente se lleva a cabo en el hospital o en un centro quirúrgico ambulatorio, bajo anestesia general (mientras usted está inconsciente y no puede sentir dolor). Sin embargo, aunque en muy raras ocasiones, este procedimiento también se hace con anestesia local: solamente se insensibiliza el área afectada para la cirugía, y usted puede estar despierto.
El cirujano hace una incisión pequeña debajo del ombligo e introduce una aguja en el área. Luego, se pasa dióxido de carbono hacia el abdomen para expandir el área, lo cual le da al cirujano más espacio para trabajar y le ayuda a ver los órganos con mayor claridad.
Se coloca una sonda a través de la incisión en el abdomen. Se pasa una videocámara diminuta (laparoscopio) a través de esta sonda y se utiliza para observar el interior de la pelvis y el abdomen. Así mismo, se pueden hacer incisiones más pequeñas en caso de que se necesite introducir otros instrumentos para lograr una mejor vista de ciertos órganos.
Si se trata de una laparoscopia ginecológica, se puede inyectar un medio de contraste en el área cervical, de manera tal que el cirujano pueda observar mejor las trompas de Falopio.
Después del examen, se extraen el laparoscopio, los instrumentos y el gas, y se cierran las incisiones. Usted tendrá vendajes sobre estas áreas.
No coma ni beba nada durante 8 horas antes del examen. Usted debe firmar una autorización.
Si le colocan anestesia general, no sentirá ningún tipo de dolor durante el procedimiento. Las incisiones quirúrgicas pueden palpitar y doler ligeramente después del examen. El médico puede prescribir un medicamento para aliviar el dolor.
Con anestesia local, se puede experimentar una sensación de pinchazo y ardor cuando se administra el anestésico. El laparoscopio puede causar presión, pero no debe haber dolor durante el procedimiento.
Posteriormente, se puede sentir dolor en el área de la incisión quirúrgica, para lo cual el médico puede recetar un analgésico.
También se puede presentar dolor en los hombros durante unos pocos días, debido a que el gas empleado durante el procedimiento puede irritar el diafragma, que comparte algunos nervios con el hombro. Igualmente, se puede sentir una gran necesidad de orinar, debido a que el gas puede ejercer presión sobre la vejiga.
Usted se recuperará durante unas horas en el hospital antes de irse a casa. Probablemente no quede hospitalizado de un día para el otro después de una laparoscopia.No le se permitirá conducir hasta su casa. Alguien debe recogerlo después del procedimiento.
La laparoscopia diagnóstica ayuda a identificar la causa del dolor o de una masa en el abdomen o el área pélvica. Se hace si los resultados de radiografías o ecografías no son claros.
El procedimiento también puede hacerse en lugar de una cirugía abierta después de un accidente para ver si hay alguna lesión en el abdomen.
La laparoscopia se puede hacer antes de procedimientos para tratar el cáncer (como la cirugía para extirpar un órgano), con el fin de averiguar si el cáncer se ha diseminado. Si éste se ha propagado, el tratamiento cambiará.
No se presenta sangre en el abdomen, como tampoco hernias, obstrucción intestinal ni cáncer en ningún órgano visible. El útero, las trompas de Falopio y los ovarios presentan tamaño, forma y color normales. El hígado también se presenta normal.
Los resultados anormales pueden deberse a muchas afecciones, como:
Existe algún riesgo de infección. Usted puede recibir antibióticos para prevenir esta complicación.
Existe el riesgo de punzar un órgano, lo cual podría ocasionar escape de los contenidos intestinales. También puede haber sangrado hacia la cavidad abdominal. Estas complicaciones podrían llevar a una cirugía abierta inmediata (laparotomía).
La laparoscopia diagnóstica puede no ser posible si usted tiene el intestino inflamado o líquido en el abdomen (ascitis) o si ha tenido una cirugía en el pasado.
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