Muchas personas se preocupan con los cambios en la forma de su cuerpo a medida que envejecen y, aunque algunos cambios inevitablemente ocurren con este proceso, las opciones de estilo de vida pueden disminuir o acelerar dichos cambios.
El cuerpo humano está compuesto de grasa, tejido magro (músculos y órganos), huesos, agua y otras sustancias. A medida que envejecemos, la cantidad y distribución de estos materiales cambiará.
El tejido graso puede aumentar hacia el centro del cuerpo, incluyendo la región alrededor de los órganos abdominales. La proporción de grasa corporal puede incrementarse hasta en un 30%.
A medida que la grasa aumenta, la masa magra corporal disminuye. Los músculos, el hígado, los riñones y otros órganos pueden perder algunas de sus células, un proceso llamado atrofia. Los huesos pueden perder algunos de sus minerales y se vuelven menos densos (una afección llamada osteopenia, o en su etapa posterior, osteoporosis). La pérdida de tejido reduce la cantidad de agua en el cuerpo.
Uno puede disminuir en estatura. La tendencia a bajar de estatura se da en todas las razas, en ambos sexos y está relacionada con los cambios en huesos, músculos y articulaciones por el envejecimiento.
Las personas típicamente pierden alrededor de 1 centímetro (más o menos 04 pulgadas) por cada 10 años de vida después de los 40 años de edad y la pérdida es incluso mayor después de los 70 años. En total, uno puede perder de 1 a 3 pulgadas (2.5 a 7.5 cm) de estatura a medida que envejece.
Sin embargo, esto varía. La actividad física, una dieta apropiada y el tratamiento de la osteoporosis pueden ayudar a reducir la pérdida de estatura.
Los hombres generalmente aumentan de peso más o menos hasta la edad de 55 años aproximadamente y luego comienzan a perderlo. Esto puede estar relacionado con una disminución en la hormona sexual masculina testosterona. Las mujeres por su parte generalmente aumentan de peso hasta los 65 y luego comienzan a perderlo. Dicha pérdida de peso es causada, en parte, por la pérdida de tejido muscular.
Por supuesto, la pérdida o el aumento de peso varía de una persona a otra y la dieta y el ejercicio juegan un papel importante en estos cambios.
Un cambio en la cantidad total de agua del cuerpo puede hacer que los adultos mayores tengan más probabilidad de deshidratarse. Préstele atención a la cantidad de líquidos que toma. Los cambios corporales también juegan un papel importante en la forma como el cuerpo utiliza los medicamentos, razón por la cual, puede ser necesario ajustar las dosis a medida que uno envejece.
La pérdida de masa muscular en las piernas y los cambios en la forma del cuerpo pueden afectar el equilibrio, llevando a que se presenten caídas.
Aunque muchos cambios relacionados con la edad no se pueden prevenir, se pueden tomar ciertas medidas para ayudar a retrasarlos o reducirlos. Dichas medidas abarcan hacer ejercicio, evitar el tabaco y comer saludablemente. El consumo excesivo de alcohol y el consumo de drogas psicoactivas pueden acelerar los cambios relacionados con la edad.
La imagen de un hombre o una mujer débil y encorvada con vientre prominente y brazos y piernas delgados no le sucede a todas las personas. El estilo de vida juega un papel importante en la rapidez con que tienen lugar estos cambios relacionados con la edad.
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