Raquitismo en neonatos; Osteopenia de la prematuridad; Huesos frágiles en bebés prematuros; Huesos débiles en bebés prematuros
Es una disminución en la cantidad de calcio y fósforo en el hueso, lo cual puede hacer que los huesos se vuelvan débiles y frágiles e incrementa el riesgo de fracturas.
Durante los últimos 3 meses del embarazo, se transfieren grandes cantidades de calcio y fósforo de la madre al bebé, de tal manera que los huesos del bebé crecen.
Un bebé prematuro puede no recibir las cantidades requeridas de calcio y fósforo necesarias para formar huesos fuertes. Mientras está en el útero, la actividad fetal se incrementa durante los últimos tres meses del embarazo y se cree que esto es importante para el desarrollo de los huesos. La mayoría de los bebés muy prematuros tienen actividad física limitada que también puede contribuir al desarrollo de huesos débiles.
Además, los bebés muy prematuros pierden mucho más fósforo en la orina que los bebés que nacen a término.
La falta de vitamina D también puede llevar a que se presente osteopenia en los bebés, dado que esta vitamina ayuda al cuerpo a absorber el calcio proveniente de los intestinos y los riñones. Si los bebés no reciben o producen suficiente cantidad de esta vitamina, el calcio y el fósforo no serán absorbidos apropiadamente. Igualmente, un problema hepático llamado colestasis puede ocasionar problemas con los niveles de vitamina D.
La mayoría de los bebés prematuros nacidos antes de las 30 semanas de gestación presentan algún grado de osteopenia, pero no tendrán ningún síntoma físico.
Los bebés con osteopenia severa pueden tener disminución en el movimiento o inflamación de un brazo o una pierna debido a una fractura desconocida.
La osteopenia es más difícil de diagnosticar en bebés prematuros que en adultos. Los exámenes más comunes utilizados para diagnosticar y controlar la osteopenia de la prematuridad son, entre otros:
Las terapias que parecen mejorar la fortaleza ósea en los bebés son, entre otras:
Las fracturas generalmente sanan bien por sí solas con una manipulación suave y con un aumento en la ingesta de calcio, fósforo y vitamina D en la dieta. Es posible que haya un incremento en el riesgo de sufrir fracturas a lo largo de todo el primer año de vida para bebés muy prematuros con osteopenia de la prematuridad.
Los estudios han sugerido que un peso muy bajo al nacer es un factor de riesgo significativo para padecer osteoporosis posteriormente en la vida adulta. Se desconoce si los esfuerzos agresivos para tratar o prevenir la osteopenia de la prematuridad en el hospital después del nacimiento pueden disminuir el riesgo como adulto.