Entre las estructuras involucradas con el proceso de deglución se encuentran la lengua, los dientes, la epiglotis y el esófago.

Los dientes también se utilizan para moler y picar los alimentos en pequeños trozos, mientras que las glándulas en la boca mojan los alimentos con saliva. En la primera fase de la deglución, la lengua empuja los alimentos hacia la garganta. En la segunda etapa de la deglución, una pequeña pero importante tapa de tejido llamada epiglotis se dobla sobre la laringe a la entrada de la tráquea, lo que evita que los alimentos vayan por el camino equivocado. En la etapa final, el esófago se contrae y mueve los alimentos hacia el estómago.