Cuando los uréteres entran en la vejiga, recorren una distancia a través de la pared de la misma en tal forma que crean un túnel, formándose una válvula similar a un colgajo en el interior de la vejiga. Esta válvula impide que la orina regrese a los uréteres y los riñones.
En algunos niños, las válvulas pueden ser anormales o los uréteres en la vejiga pueden no recorrer una distancia suficiente en la pared vesical, lo que puede causar reflujo vesicoureteral. Dicho reflujo es una condición que permite que la orina regrese a los uréteres y los riñones causando infecciones repetitivas del tracto urinario. El reflujo de orina expone a los uréteres y los riñones a infección por bacterias y a presión alta, la cual es generada por la vejiga durante la micción. Sin tratamiento, las infecciones urinarias pueden causar daño y cicatrización renal con pérdida de crecimiento potencial del riñón y presión sanguínea alta posteriormente en la vida.
El reflujo vesicoureteral se trata con antibióticos y en, casos severos, con cirugía.
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