La piel se puede tratar con ungüento y un apósito húmedo o parafinado. Después de la cirugía, la piel puede enrojecerse e inflamarse considerablemente, haciendo que actividades como comer y hablar puedan ser difíciles. Es posible que se presente algo de dolor, hormigueo o ardor por algún tiempo después de la cirugía. El médico puede prescribir medicamentos para ayudar a controlar cualquier dolor.
La inflamación generalmente disminuye en un período de dos a tres semanas. Se presenta prurito cutáneo a medida que la nueva piel comienza a crecer y, si la persona tenía pecas, éstas pueden desaparecer temporalmente.
Si la piel tratada permanece roja e hinchada después que ha comenzado a sanar, puede ser un signo de que se están comenzando a formar cicatrices anormales, por lo cual se debe hablar con el médico, ya que puede haber tratamiento disponible.
Durante varias semanas, la nueva capa de piel estará un poco inflamada, sensible y de color rosado brillante. La mayoría de los pacientes pueden retornar a sus actividades normales aproximadamente en dos semanas. Se debe evitar cualquier actividad que pueda causar lesión en el área tratada. Se recomienda evitar los deportes con balón, como el béisbol, durante 4 a 6 semanas.
Es importante proteger la piel del sol durante 6 a 12 meses hasta cuando el color haya retornado a la normalidad.
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