Los cirujanos estudian cuidadosamente los vasos sanguíneos y el suministro de sangre al hueso, mientras el niño se encuentra profundamente dormido y sin sentir dolor (bajo anestesia general).
Se realiza una incisión en el hueso que se va a alargar; normalmente, el hueso inferior de la pierna (tibia) o el hueso superior de la pierna (fémur). Se insertan clavos de metal o tornillos en y a través de la piel y el hueso por encima y por debajo de la incisión del hueso. A continuación, se cierra la incisión de la piel con puntos de sutura.
Se adhiere un dispositivo de metal (tal como un dispositivo de Ilizarov) a los tornillos en el hueso y se usa después para gradualmente palanquear y separar el hueso cortado, creando un espacio entre los extremos del hueso cortado, el cual se consolida formando hueso nuevo. El dispositivo para la elongación es utilizado muy gradualmente, alargando el hueso en pasos sumamente cortos, normalmente por espacio de varios meses.
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