Es una acumulación de líquido articular (líquido sinovial) que forma un quiste detrás de la rodilla.
Quiste poplíteo; Protuberancia de la rodilla
El quiste de Baker es causado por la hinchazón en la rodilla. Dicha hinchazón se debe a un aumento en el líquido sinovial, el líquido que lubrica la articulación de la rodilla. Cuando la presión se acumula, el líquido protruye hacia la parte posterior de la rodilla.
El quiste de Baker comúnmente ocurre con:
Un quiste grande puede causar algo de molestia o rigidez, pero generalmente no tiene ningún síntoma. Puede haber una hinchazón dolorosa o indolora detrás de la rodilla.
El quiste se puede sentir como un globo lleno de agua. Algunas veces, el quiste se puede abrir (romper) y causar dolor, inflamación y hematoma en la parte posterior de la rodilla y la pantorrilla.
Es muy importante saber si el dolor o la hinchazón es causada por un quiste de Baker o un coágulo de sangre. Un coágulo sanguíneo (trombosis venosa profunda) también pueden ocasionar dolor, hinchazón y hematoma en la parte posterior de la rodilla y la pantorrilla. Un coágulo de sangre puede ser peligroso y requiere atención médica inmediata.
Durante un examen físico, el médico buscará una masa suave en la parte posterior de la rodilla.
Proyectar una luz a través del quiste (transiluminación) puede mostrar que la masa está llena de líquido.
Si la masa crece rápidamente o usted tiene dolor nocturno, dolor intenso o fiebre, necesitará más exámenes para constatar que no tenga otros tipos de tumores.
Las radiografías no mostrarán el quiste ni la ruptura de meniscos, pero revelarán otros problemas que pueden estar presentes, como la artritis.
Las resonancias magnéticas pueden ayudarlo al médico a visualizar el quiste y buscar cualquier lesión de meniscos.
Con frecuencia, no se necesita ningún tratamiento y el médico puede observar el quiste con el tiempo.
Si el quiste es doloroso, el objetivo del tratamiento es corregir el problema que lo está causando, como artritis o ruptura de meniscos.
Algunas veces, un quiste se puede drenar (aspirar) o, en casos excepcionales, extirparse con cirugía si se vuelve excesivamente grande o causa síntomas.
Un quiste de Baker no causará daño a largo plazo, pero puede ser molesto y doloroso. Los síntomas de este quiste generalmente son intermitentes.
La discapacidad a largo plazo es poco frecuente. La mayoría de las personas mejora con el tiempo o con cirugía artroscópica.
Solicite una cita con el médico si presenta una inflamación detrás de la rodilla que se vuelve grande o dolorosa. El dolor podría ser un signo de infección.
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