Es una pérdida del movimiento o debilidad del brazo que ocurre cuando, durante el nacimiento, se presenta daño al conjunto de los nervios que están alrededor del hombro.
Este grupo de nervios se denomina plexo braquial.
Parálisis de Klumpke; Parálisis de Erb-Duchenne; Parálisis de Erb; Parálisis braquial
Los nervios del plexo braquial se pueden lesionar durante un parto difícil a raíz de:
Existen diferentes formas de lesión del plexo braquial en un bebé y su tipo depende del grado de la parálisis del brazo:
Los siguientes factores incrementan el riesgo de una lesión del plexo braquial:
La lesión del plexo braquial es menos común ahora que las técnicas obstétricas han mejorado. La cesárea se utiliza con mayor frecuencia cuando hay preocupación acerca de un parto difícil. Aunque una cesárea reduce el riesgo de lesión, no lo previene, y este parto también tiene otros riesgos.
La lesión del plexo braquial se puede confundir con una afección llamada seudoparálisis, en la cual el bebé tiene una fractura y no está moviendo el brazo debido al dolor, pero no hay daño a los nervios.
Los síntomas se pueden ver inmediatamente o poco después del nacimiento y pueden abarcar:
Un examen físico por lo regular muestra que el bebé no está moviendo la parte superior o inferior del brazo o la mano. El brazo afectado puede tambalear cuando el bebé se voltea de una lado para otro.
El reflejo de Moro está ausente en el lado con el plexo braquial o lesión del nervio.
Se hará un examen cuidadoso de la clavícula para buscar una fractura. Algunas veces, será necesario tomarle una radiografía al bebé de este hueso.
Para los casos leves, se recomiendan masajes suaves en el brazo y ejercicios de rango de movimiento. Los casos más graves o los que no mejoran en las primeras semanas de vida pueden requerir evaluación por parte de algunos especialistas.
Si algo de la fuerza no ha retornado a los músculos afectados cuando el bebé tiene de 3 a 6 meses de edad, se puede contemplar la posibilidad de una cirugía.
La mayoría de los bebés se recuperará al cabo de 3 a 6 meses, pero aquellos que no lo hacen tienen un pronóstico muy desalentador. En estos casos, puede haber una separación de la raíz nerviosa desde la médula espinal (avulsión).
No está claro si la cirugía para reparar los nervios o recomponer el problema neurológico puede servir. Algunas veces, se ensaya con injertos o transferencias de nervios.
En casos de seudoparálisis, el niño comenzará a utilizar el brazo afectado a medida que la fractura sane. Las fracturas en los bebés por lo general sanan de manera muy rápida y fácil.
Las complicaciones comprenden pérdida permanente parcial o total de la función en los nervios afectados, causando parálisis o debilidad en el brazo.
Consulte con el médico si su bebé recién nacido presenta falta de movimiento en cualquiera de los dos brazos.
El hecho de tomar medidas para evitar los partos difíciles, siempre que sea posible, reduce el riesgo de lesión del plexo braquial en los bebés recién nacidos.
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