Es una cirugía para corregir el tórax en embudo, una deformidad de la parte frontal de la pared torácica que hace que el esternón y las costillas estén hundidos.
El tórax en embudo a menudo se denomina tórax hundido o tórax infundibuliforme. Éste ocurre al nacer y con frecuencia empeora durante la adolescencia.
Reparación de tórax infundibuliforme (tórax en embudo); Reparación de deformidad torácica; Reparación de tórax hundido; Procedimiento de Nuss
Hay dos tipos de cirugía para reparar esta afección: abierta y cerrada (mínimamente invasiva). Ambas cirugías se hacen mientras el niño está en un sueño profundo y sin sentir dolor por la anestesia general.
La cirugía abierta es más tradicional. En este método, el cirujano hace un corte a través de la parte frontal del tórax.
El segundo tipo de cirugía es un método cerrado y menos invasivo (reparación de Nuss) y se utiliza sobre todo para niños. No se extirpa nada de cartílago ni de hueso.
La cirugía puede demorar de 1 a 4 horas.
La razón más común para la reparación del tórax en embudo es mejorar la apariencia de los niños que se sienten muy avergonzados acerca del aspecto hundido de su pared torácica. Algunas veces, la deformidad es tan grave que afecta la respiración, sobre todo en adultos posteriormente en la vida.
Algunas personas pueden tener dificultad para hacer ejercicio o dolor intermitente.
La cirugía por lo regular no se hace antes de la edad de 6 años y los mejores resultados se ven cuando ésta se realiza antes de llegar a la adultez.
La cirugía por lo regular se hace en niños que tienen de 12 a 16 años de edad. También puede hacerse en adultos un poco después de los 20 años de edad.
Los riesgos de cualquier anestesia son:
Los riesgos de cualquier cirugía son:
Los riesgos de esta cirugía son:
Todos los pacientes necesitan hacerse un examen médico completo y una variedad de pruebas antes de la cirugía. El cirujano llevará a cabo lo siguiente:
Coméntele siempre al médico o al personal de enfermería:
Durante los días antes de la cirugía:
En el día de la cirugía:
Es frecuente que los niños permanezcan en el hospital durante una semana. La duración de la hospitalización probablemente dependerá del nivel de molestia después de la cirugía.
El dolor es común después de la operación. Durante los primeros días, su hijo puede recibir analgésicos fuertes en la vena (a través de una vía intravenosa ) o a través de un catéter puesto en la columna vertebral (una raquianestesia). Después de eso, el dolor por lo regular se maneja con medicamentos tomados por vía oral.
Su hijo puede tener tubos en el tórax alrededor de las incisiones, los cuales drenan líquido extra que se acumula y ayudan a expandir los pulmones. Estos tubos permanecerán en el lugar hasta que dejen de drenar, por lo regular, después de unos pocos días.
El día después de la cirugía, a su hijo se lo estimulará para que se siente, tome respiraciones profundas, se baje de la cama y camine. Estas actividades ayudarán a la cicatrización.
Al principio, su hijo no será capaz de agacharse, girar o voltearse de un lado a otro. Lentamente, se incrementarán las actividades.
Cuando su hijo pueda caminar sin ayuda, probablemente estará listo para irse a casa. Antes de salir del hospital, le entregarán una receta de analgésicos para el niño.
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