Es la separación de la placenta (el órgano que alimenta al feto) de su adhesión a la pared uterina antes de dar a luz al bebé.
Separación prematura de la placenta; Abrupción placentaria; Desprendimiento placentario; Ablación de la placenta
La causa exacta del desprendimiento prematuro de la placenta puede ser difícil de determinar.
Las causas directas son poco comunes, pero abarcan:
Entre los factores de riesgo se pueden mencionar:
El desprendimiento prematuro de la placenta, que incluye cualquier separación de la placenta previa al parto, ocurre en aproximadamente 1 de cada 150 partos. La forma grave, que puede provocar la muerte del bebé, se presenta únicamente en alrededor de 1 por cada 800 a 1,600 partos.
Los exámenes pueden abarcar:
El tratamiento puede incluir administración de líquidos a través de una vena (vía intravenosa) y transfusiones de sangre. Igualmente, se hará un control cuidadoso de la madre en búsqueda de síntomas de shock. Se vigilará al feto en busca de signos de sufrimiento fetal, que incluye frecuencia cardíaca anormal.
Se puede necesitar una cesárea de emergencia. Si el bebé está muy inmaduro y hay sólo un pequeño desprendimiento de placenta, la madre puede ser hospitalizada para observación minuciosa y se le puede dar de alta a los pocos días si su estado no empeora y cualquier sangrado se detiene.
Si el feto está lo suficientemente desarrollado, se puede practicar un parto vaginal si es seguro para la madre y el niño; de lo contrario, se puede hacer una cesárea.
La madre generalmente no muere a raíz de esta afección. Sin embargo, cualquiera de los siguientes factores aumenta el riesgo de muerte tanto de la madre como del bebé:
El sufrimiento fetal ocurre temprano en este trastorno en aproximadamente la mitad de todos los casos. Los bebés que sobreviven tienen un 40 a 50% de probabilidades de presentar complicaciones que van de leves a graves.
La pérdida excesiva de sangre puede provocar choque (shock) y la posible muerte de la madre o el feto. Si el sangrado se presenta después del parto y la pérdida de sangre no se puede controlar de otras formas, la madre puede necesitar una histerectomía (extirpación del útero).
Consulte con el médico si:
Acuda al médico de inmediato, llame al número local de emergencias (911 en los Estados Unidos) o vaya a la sala de urgencias si tiene sangrado vaginal y dolor abdominal fuerte o contracciones durante el embarazo. El desprendimiento prematuro de placenta se puede convertir rápidamente en una situación de emergencia que pone en peligro la vida de la madre y del bebé.
No tome alcohol, como cerveza o vino. No fume ni utilice drogas psicoactivas durante el embarazo. Igualmente, consiga atención prenatal oportuna y continua.
El reconocimiento y manejo de afecciones en la madre, como diabetes e hipertensión arterial, también disminuyen el riesgo de desprendimiento prematuro de la placenta.
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