Es una inflamación del cuero cabelludo de un recién nacido, ocasionada con mayor frecuencia por la presión del útero o la pared vaginal durante un parto con presentación cefálica (vértice).
Caput succedaneum
Un tumor del parto tiene mayor probabilidad de formarse durante un parto difícil o prolongado. Esto es especialmente cierto después de que haya habido ruptura de membranas, debido a que el saco amniótico ya no está suministrando un amortiguador protector para la cabeza del bebé. El parto con ventosa también puede aumentar las probabilidades de un tumor del parto.
Un tumor del parto a veces se detecta por medio de una ecografía prenatal incluso antes de que el período de dilatación o el parto comiencen. Se ha detectado incluso hasta en la semana 31 del embarazo. Con mucha frecuencia, esto está asociado ya sea con ruptura prematura de membranas o muy poco líquido amniótico (oligohidramnios). Estando todo lo demás igual, cuanto más tiempo estén las membranas intactas, menor será la probabilidad de que se forme un tumor del parto.
Un examen físico confirmará que la inflamación es un tumor del parto y no se requiere de ningún otro examen.
No se requiere de ningún tratamiento y generalmente sana de manera espontánea en unos pocos días.
Puede esperarse una recuperación total, en la cual el cuero cabelludo recobra su contorno normal.
Las complicaciones pueden abarcar:
Esta afección se observa por lo regular inmediatamente después del parto, así que no es necesario llamar a nadie, a menos que usted tenga preguntas adicionales.
Mangurten HH. Birth Injuries. In: Fanaroff AA, Martin RJ, eds. Neonatal-Perinatal Medicine: Diseases of the Fetus and Infant. 9th ed. Philadelphia, Pa: Mosby Elsevier; 2010.