Es un procedimiento para extraer un pequeño pedazo de tejido rectal para su análisis.
Biopsia del recto
Una biopsia rectal por lo general forma parte de una anoscopia o de una sigmoidoscopia.
Primero se realiza un tacto rectal. Luego, se introduce un instrumento lubricado (anoscopio o proctoscopio) dentro del recto, con lo cual se sentirá algo de molestia.
Se puede tomar una biopsia a través de cualquiera de estos instrumentos.
Es posible que usted reciba un laxante, un enema u otro preparado antes de la biopsia para que pueda vaciar los intestinos por completo, lo cual le permitirá al médico tener un vista clara del recto.
Se presentará algo de molestia durante el procedimiento y es probable que usted sienta ganas de defecar. Algunas veces, se presentan cólicos o molestia leve a medida que se coloca el instrumento dentro del área rectal.
Una biopsia rectal se usa para determinar la causa de neoplasias anormales encontradas durante una anoscopia, una sigmoidoscopia u otros exámenes, al igual que para confirmar el diagnóstico de amiloidosis.
El ano y el recto aparecen normales en tamaño, forma y color. No debe haber evidencia de sangrado, pólipos, hemorroides u otras anomalías. Cuando se examina el tejido de la biopsia bajo el microscopio, no debe notarse ninguna anomalía.
Este examen es una forma común de confirmar la amiloidosis. También determina las causas específicas de afecciones anormales en el recto, tales como la colitis. Otros hallazgos podrían ser:
El examen también se puede llevar a cabo para:
Existe algún riesgo de sangrado y desgarro. Ocasionalmente, los pacientes pueden presentar dificultad para orinar después del procedimiento.