Es una acumulación de sangre en la superficie del cerebro.
Hemorragia subdural
Los hematomas subdurales son con mucha frecuencia el resultado de un traumatismo craneal grave. Cuando uno ocurre de esta manera, se le denomina hematoma subdural "agudo". Los hematomas subdurales agudos están entre los más letales de todos los traumatismos craneales. El sangrado llena el área cerebral rápidamente, comprimiendo el tejido del cerebro. Esto a menudo ocasiona lesión cerebral y puede llevar a la muerte.
Los hematomas subdurales también se pueden presentar después de un traumatismo craneal menor, especialmente en las personas de edad avanzada. Estos hematomas pueden pasar inadvertidos por períodos de muchos días a semanas y se les denomina hematomas subdurales "crónicos". Con cualquier hematoma subdural, las pequeñas venas que están entre la superficie del cerebro y su cubierta externa (la duramadre) se estiran y se rompen, permitiendo que la sangre se acumule. En las personas de edad avanzada, las venas a menudo ya se han estirado debido a la atrofia cerebral (encogimiento) y se lesionan más fácilmente.
Algunos hematomas subdurales ocurren sin causa (espontáneamente).
Los siguientes factores incrementan el riesgo de sufrir un hematoma subdural:
En bebés:
Siempre consiga ayuda médica después de un traumatismo craneal. Las personas mayores deben recibir atención médica si muestran signos de problemas de memoria o deterioro mental aunque no se crea que hayan tenido una lesión. El examen debe incluir una evaluación neurológica completa.
El médico puede ordenar un estudio imagenológico del cerebro si se presenta cualquiera de los siguientes síntomas:
Probablemente, se realice una tomografía computarizada o una resonancia magnética con el fin de evaluar la presencia de un hematoma subdural.
¡Un hematoma subdural es una situación de emergencia!
Para reducir la presión dentro del cerebro, se puede requerir una cirugía de emergencia. Esto puede comprender la perforación de un pequeño agujero en el cráneo, el cual permite drenar la sangre y alivia la presión en el cerebro. De igual manera, puede ser necesario extraer los hematomas grandes o los coágulos sólidos de sangre a través de un procedimiento llamado craneotomía, con el cual se crea una abertura más grande en el cráneo.
Los medicamentos empleados para tratar un hematoma subdural dependen del tipo de hematoma, de la gravedad de los síntomas y de la magnitud del daño cerebral que se haya presentado. Los diuréticos y los corticosteroides pueden utilizarse para reducir la hinchazón y los medicamentos anticonvulsivos, tales como la fenitoína, se pueden emplear para prevenir o controlar las crisis epilépticas.
El pronóstico después de un hematoma subdural varía ampliamente dependiendo del tipo y localización del traumatismo craneal, del tamaño de la acumulación de sangre y de la rapidez con la que se realice el tratamiento.
Los hematomas subdurales agudos presentan el mayor reto, con altas tasas de lesión y muerte; mientras que los hematomas subdurales subagudos y crónicos tienen un pronóstico alentador en la mayoría de los casos, con síntomas que desaparecen después del drenaje de la sangre acumulada. Algunas veces se necesita un período de rehabilitación para ayudarle a la persona a volver a su nivel normal de desempeño.
Existe una alta frecuencia de crisis epilépticas después de un hematoma subdural, incluso después del drenaje, pero éstas generalmente se controlan bien con medicamentos. Las convulsiones o crisis epilépticas pueden ocurrir en el momento en que se forma el hematoma o hasta meses o años después.
Un hematoma subdural requiere atención médica de emergencia. Acuda de inmediato a la sala de urgencias o llame al número local de emergencias (como el 911 en los Estados Unidos) después de un traumatismo craneal.
A menudo, las lesiones de la columna acompañan los traumatismos craneales, de tal manera que trate de inmovilizar el cuello de la persona, en caso de que tenga que moverla antes de que llegue la ayuda médica.
Siempre utilice equipo de seguridad en el trabajo y el juego para reducir el riesgo de un traumatismo craneal. Por ejemplo, use sombreros duros, cascos protectores para moto o bicicleta, al igual que cinturones de seguridad. Las personas mayores deben ser particularmente cuidadosas con el fin de evitar caídas.
Biros MH, Heegaard WG. Head injury. In: Marx JA, ed. Rosen’s Emergency Medicine: Concepts and Clinical Practice. 7th ed. Philadelphia, Pa: Mosby Elsevier; 2009:chap 38.
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