Es un cáncer que comienza en el endometrio, el revestimiento del útero (matriz).
Adenocarcinoma endometrial; Adenocarcinoma uterino; Cáncer uterino; Adenocarcinoma del endometrio; Adenocarcinoma del útero; Cáncer del útero; Cáncer endometrial; Cáncer del cuerpo uterino
El cáncer endometrial es el tipo más común de cáncer uterino. Aunque no se conoce su causa exacta, el aumento de los niveles de estrógeno parece jugar un papel. El estrógeno ayuda a estimular la formación del revestimiento del útero. Estudios en animales han mostrado que niveles altos de estrógeno producen crecimiento endometrial excesivo y cáncer.
La mayoría de los casos de cáncer endometrial ocurre entre los 60 y los 70 años de edad, pero algunos casos se presentan antes de los 40 años.
Los siguientes factores incrementan el riesgo de padecer cáncer endometrial:
Las afecciones asociadas abarcan las siguientes:
Los síntomas de cáncer endometrial abarcan:
El examen de pelvis suele ser normal, especialmente en las primeras etapas de la enfermedad. Cuando la enfermedad está más avanzada, pueden verse cambios en el tamaño, la forma o la palpación del útero o de sus estructuras circundantes.
Los exámenes que pueden hacerse abarcan:
Si se descubre el cáncer, pueden llevarse a cabo otros exámenes para determinar si se ha diseminado a otras partes del cuerpo. Esto se denomina estadificación.
Los estadios del cáncer endometrial:
El cáncer también se describe como grado 1, 2 o 3. El grado 1 es el menos agresivo y el grado 3 es el más agresivo.
Las opciones de tratamiento consisten en cirugía, radioterapia y quimioterapia.
La extirpación del útero (histerectomía) se puede llevar a cabo en mujeres con cáncer uterino incipiente en estadio 1. Generalmente también se recomienda la extirpación de las trompas y de los ovarios (salpingo-ooforectomía bilateral).
La histerectomía abdominal o robótica se recomienda más que la histerectomía vaginal. Esta última no le permite al cirujano observar el interior del área abdominal o extraer tejido para una biopsia.
La cirugía combinada con radioterapia a menudo se utiliza para tratar a mujeres con la enfermedad en estadio 1 que tiene una alta posibilidad de retornar, que se ha diseminado a los ganglios linfáticos o es grado 2 o 3. También se emplea para tratar a mujeres con enfermedad en estadio 2.
La quimioterapia o la hormonoterapia se pueden considerar en algunos casos, especialmente para aquellas personas con la enfermedad en estadios 3 y 4.
El estrés causado por la enfermedad se puede aliviar al participar en un grupo de apoyo, donde los integrantes comparten experiencias y problemas en común. Ver grupo de apoyo para el cáncer.
El cáncer endometrial suele ser diagnosticado en una etapa inicial y la tasa de supervivencia a 1 año es aproximadamente del 92%.
La tasa de supervivencia a 5 años para este cáncer que no se ha diseminado es del 95%, pero si el cáncer se ha diseminado a órganos distantes, esta tasa de supervivencia cae al 23%.
Las complicaciones pueden incluir anemia a causa de la pérdida de sangre. Asimismo, se puede presentar una perforación (orificio) en el útero durante una dilatación y legrado o durante una biopsia endometrial.
Igualmente, puede haber complicaciones a raíz de la histerectomía, la radioterapia y la quimioterapia.
Solicite una cita con el médico si tiene sangrado vaginal anormal o cualquier otro síntoma de cáncer endometrial.
Cualquiera de los siguientes síntomas se debe informar inmediatamente al médico:
No existe una prueba de detección específica para el cáncer endometrial (uterino). Las mujeres con cualquiera de los factores de riesgo para el cáncer endometrial deben recibir controles más estrictos por parte de sus médicos. Los exámenes pélvicos frecuentes y las pruebas de detección, como la citología vaginal y la biopsia del endometrio, se pueden contemplar en algunos casos.
El uso de píldoras anticonceptivas durante más de un año reduce el riesgo de cáncer endometrial. Las mujeres que están tomando estrogenoterapia sin terapia de progesterona o que hayan tomado tamoxifeno durante más de dos años tienen un mayor riesgo de padecer de cáncer endometrial y deben hacerse exámenes pélvicos y citologías vaginales regulares.
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