Es una enfermedad infecciosa aguda causada por la bacteria denominada Corynebacterium diphtheriae.
La difteria se propaga a través de las gotitas respiratorias, como las que se producen con la tos o los estornudos, de una persona infectada o de alguien que porte la bacteria pero que no tenga ningún síntoma. También se puede diseminar por objetos o alimentos contaminados (como la leche contaminada).
La bacteria infecta más comúnmente la nariz y la garganta. La infección de garganta produce una seudomembrana o cubierta de color gris a negro, dura y fibrosa que puede obstruir las vías respiratorias. En algunos casos, la difteria puede inicialmente infectar la piel y producir lesiones cutáneas.
Una vez que ocurre la infección, sustancias peligrosas llamadas toxinas, producidas por las bacterias, se pueden diseminar a través del torrente sanguíneo a otros órganos, como el corazón, y causar daño significativo.
Debido al uso generalizado y rutinario de las vacunas DTP en la infancia, la difteria ahora es poco común en muchas partes del mundo. En los Estados Unidos, se presentan menos de 5 casos al año.
Los factores de riesgo son, entre otros: el hacinamiento, la higiene deficiente y falta de vacunación.
Los síntomas generalmente se presentan de 2 a 5 días después de que uno ha estado en contacto con la bacteria.
Nota: es posible que no haya síntomas.
El médico llevará a cabo un examen físico y observará el interior de la boca. Esto puede revelar una cubierta de color gris a negro (seudomembrana) en la garganta, inflamación de los ganglios linfáticos e hinchazón del cuello o la laringe.
Los exámenes pueden incluir:
Si el médico cree que usted tiene difteria, debe iniciar el tratamiento inmediatamente, incluso antes de que los resultados del examen estén disponibles.
La antitoxina diftérica se administra como inyección intramuscular o a través de una vía intravenosa y luego se trata la infección con antibióticos, como penicilina o eritromicina.
Las personas con difteria pueden requerir hospitalización mientras reciben la antitoxina. Otros tratamientos pueden abarcar:
Cualquier persona que haya estado en contacto con la persona infectada debe ser vacunada o recibir dosis de refuerzo contra la difteria. La inmunidad protectora dura sólo 10 años después de vacunación, por esta razón es importante que los adultos se apliquen una vacuna de refuerzo para tétanos y difteria (Td) cada 10 años.
Las personas asintomáticas que portan la difteria deben recibir tratamiento con antibióticos.
La difteria puede ser leve o severa. Algunas personas pueden no tener síntomas, mientras que en otros, la enfermedad puede empeorar lentamente.
La tasa de mortalidad es del 10% y la recuperación de la enfermedad es lenta.
La complicación más común es la inflamación del músculo cardíaco (miocarditis). El sistema nervioso también puede verse afectado en forma severa y frecuente, lo cual puede ocasionar parálisis temporal.
La toxina diftérica también puede causar daño a los riñones.
Consulte con el médico si usted ha tenido contacto con una persona que tenga difteria.
Recuerde que la difteria es una enfermedad poco común. Igualmente, es una enfermedad de notificación obligatoria y cualquier caso a menudo se anuncia en el periódico o en la televisión. Esta información le ayuda a uno a saber si la difteria está presente en su área.
Las vacunas infantiles de rutina y las vacunas de refuerzo en los adultos previenen la enfermedad. Ver: vacuna contra la difteria.
MacGregor RR. Corynebacterium diphtheriae. In: Mandell GL, Bennett JE, Dolan R, eds. Mandell, Douglas, and Bennett’s Principles and Practice of Infectious Diseases. 7th ed. Orlando, FL: Saunders Elsevier; 2009:chap 205.